domingo, 22 de abril de 2007

El final de una historia



Últimamente ando un poco triste. Aunque aquí en el cielo se está muy bien y se comprende mejor el sentido de las cosas la verdad es que uno se vuelve un tanto melancólico. Lo cierto es que echo mucho de menos a los míos a pesar de que aquí no tengo preocupaciones. Además, aquí estoy rodeado de mucha gente con historias tristes. Bueno, triste no es la palabra, se trata más bien de historias que quedaron interrumpidas.
Al igual que hace poco os contaba que el dibujante Máximo era un ángel, ahora tengo cada vez más claro que algunos poetas ven más allá del mundo mortal y que la inspiración les viene de aquí, del cielo. Uno de mis poetas favoritos cuando yo estaba vivo era Ángel González y ahora entiendo porqué. Y es que Ángel González, un ángel en la tierra, cuenta mejor que nunca esas historias interrumpidas que persiguen a la gente que luego llega al cielo. Os dejo uno de los poemas de Ángel titulado Historia apenas entrevista:

Con tristeza,
el caminante
-alguien que no era yo, porque lo estaba
viendo desde mi casa- recogió su polvoriento
equipaje, se santiguó, y anduvo algo.
Luego dejó de andar, volvió la cara,
y miró largamente al horizonte.
Iba ya a proseguir quién sabe a dónde,
cuando vio a alguien que venía a lo lejos.
Su rostro reflejó cierta esperanza, después una terrible
alegría. Quiso gritar un nombre, pero
su corazón no pudo resistirlo,
y cayó muerto sobre el polvo,
a ambos lados el trigo indiferente.
Una mujer llegó, besó llorando
su boca, y dijo:
Ya no puedes oírme,
pero juro
que nunca había dejado de quererte.

Ya sé que la poesía no se puede explicar ¿pero qué historia creéis que se esconde detrás de este poemas? Hasta la próxima

5 comentarios:

Unknown dijo...

Pos no sé de lo que habla este señor, la verdad es que la poesía me deja casi siempre con una sensación de "coitus interruptus", como que me kedo a medias. A lo mejor era lo que le había pasado a este señor la noche anterior y por eso estaba tan pesimista el tío.

Hannibal Lecter dijo...

Un bonito poema que me recuerda a una película, pero por mucho que exprimo mi lamentable cerebro no logro recordar cuál!!!! De todas formas, la historia que narra habla de eso, de esa esperanza que todos tenemos escondida y que quizás cuando más la abandonamos es cuando se materializa...

Leticia dijo...

Por favor, retire esa fotografía, es mía, y tiene copyright. Te voy a meter un paquete que te vas a quedar mas muerto de lo que estas, jajajaja

En el cielo no hay nombres dijo...

jajaj, hola señorita leticia. Ya voy conociendo su humor... Tenga cuidado que un día le pego un susto que la mando para este barrio. Por cierto, la foto es de un atardecer de Egipto de cuando aún estaba vivo...
En cuanto a Alberto, ¿cuál es esa película?

MIRIAM dijo...

La muerte siempre nos encuentra con nuestra maleta, transitando un camino que no sabemos hacia donde conduce ni cual es su sentido, sin embargo ahí vamos.
De los muchos besos que dimos, de las veces que dijimos "te amo", habrá una que ya no diremos, habrán labios que no besaremos mas; y no será por nuestra voluntad precaria, será porque ya no estemos en ese camino.
Saludos